El sorgo es una gramínea de origen tropical que ha sido adaptada, a
través del mejoramiento genético, a una gran diversidad de ambientes,
siendo considerado uno de los cultivos mundiales de seguridad
alimentaria.
Es por ello que en Argentina se adapta muy bien a la
Región Pampeana de clima templado.
Además, el sorgo está provisto de una estrategia de latencia que le
permite suspender el crecimiento hasta que se restablezcan
nuevamente las condiciones
favorables.
Por otro lado, son
muy variados sus posibles usos
para la alimentación ganadera,
pudiendo ser utilizado como
verdeo de verano bajo pastoreo
directo, diferido, como reservas
en forma de silo de grano
húmedo y de planta entera o
como concentrado.
El sorgo tiene la particularidad de aportar elevadas cantidades de
rastrojo que contribuyen a mejorar la cobertura de los suelos.
Además
presenta un sistema radical muy desarrollado y profundo que le permite
muy buena exploración del perfil del suelo por un lado que contribuye
a mejorar la estructura del mismo, ayudando a mejorar las condiciones
físicas, químicas y biológicas.
Debido a sus cualidades, el sorgo se presenta como una alternativa muy
propicia para aquellos sistemas en que se desee mantener las buenas
condiciones de fertilidad, como así también es un cultivo ideal para
sistemas de producción bajo
siembra directa.
Si bien el destino, localmente,
ha sido la alimentación
animal, en el mundo
alrededor del 40% de la
producción del sorgo
granífero es destinado a la
alimentación humana como
participante en la producción
de alimentos y bebidas para el ser humano.
El grano de sorgo posee la
ventaja de carecer de prolaminas (proteína que forma el gluten), que sí
están presentes en otros cereales como trigo, avena, cebada y centeno,
haciéndolo apto para el consumo por parte de personas celíacas
Fuente:http://inta.gob.ar